Cuando uno se encuentra ante una empresa de gran magnitud, como nuestra obra, que no resulta explicable de acuerdo con los fines que proclama perseguir, existe una alternativa a la sencilla desautorización del empeño: buscar otros motivos que lo justifiquen, al margen de los declarados por los artífices.
¿A alguien le suena?. Es lo que me viene a la cabeza en algunos proyectos que me voy encontrando. No sabes muy bien para qué son pero sí a quien sirven.
La cita es del libro La sustancia interior de Lorenzo Silva
3 comentarios:
Lo cual nos transforma de colaborador en mano ejecutora... me suena, me suena...
... o directamente cómplices Manel :)
cierto! no lo había pensado...cómplices...Diós!!! voy a lavarme las manos!!!
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