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23/10/10
El cubo de las pelotas
Mi padre a veces dice cosas raras. Esta mañana, después de mi clase de tenis, me ha dicho que no tengo que perder de vista el objetivo por el que hago las cosas, que por eso se me han caído todas las pelotas. Ya soy muy mayor, al fin y al cabo ¡tengo 6 años ya!...así que creo que he entendido lo que quería decir.
Todo ha pasado cuando al final de la clase, Xavi el monitor nos ha dicho que recogiéramos todas las pelotas de la pista (algo que no me gusta, ¡prefiero desperdigarlas!) y las metiéramos en el cubo que había en el centro. Me he concentrado en hacerlo bien (eso también me lo dice mi padre) y para eso he ido recogiendo pelota a pelota por el suelo. Cuando había cogido tres me he dado cuenta de que no me cabían más en las manos así que las he empezado a poner encima de la raqueta y a llevarlas como en una bandeja. Cuando llevaba ocho o más me tenía que agachar un poco para conservar mejor el equilibrio y cuando llevaba por lo menos diez ya iba totalmente encogido y mirando al suelo porque las sujetaba con el pecho para que no se cayeran... Cuando ya no podía más me he ido despacito hacia el centro de la pista pero guiándome por la red porque no podía levantar la vista.
¡Superdifícil!...¡de verdad!...Pero cuando he llegado al centro de la pista ¡el cubo ya no estaba allí!...Xavi lo había movido al lado de la puerta y al levantar la cabeza para buscarlo se me han caído todas las pelotas al suelo.
Mi padre en ese momento se ha reído y eso me ha enfadado mucho ¡No es justo, yo he hecho mi trabajo bien! ... ¡Incluso había sido el que más pelotas había cogido a la vez!
Después de reírse y al ver que yo estaba enfadado, mi padre me ha explicado que no se trataba de coger pelotas sino de meterlas en el cubo...
Creo que lo he entendido... no se lo he dicho pero la próxima semana cogeré el cubo e iré metiendo las pelotas a medida que las vaya cogiendo.
Me ha pasado esta mañana y así lo cuento más o menos adornado.
14/10/10
Comparte antes de que no valga nada
Cuando la información cambiaba poco y había pocas fuentes, podía tener sentido protegerla y acumularla. Hoy, que cambia tan rápido, es mejor compartirla antes de que se haga obsoleta.
Cito de memoria esta idea que ha soltado José Miguel Bolivar esta mañana en la II Sessió sobre innovació en formació: El futur de la formació a l’aula en època de PLE i xarxes d’aprenentatge col·laboratiu [pdf], en el Centre d’Estudis Jurídics i Formació Especialitzada.
Me ha parecido un argumento muy potente en favor de compartir información en el mundo empresarial.
En mi interpretación: No vale la pena acumular información que va a dejar de ser válida antes de que te des cuenta, es más útil que compartas la que tengas como medio de obtener la que no tienes.
20/10/2010: Actualización - la presentación y video de José Miguel se puede encontrar en http://cejfe.tv/skin/iisessiosobreinnovacioformaciojmbolivar.aspx
5/10/10
Cuando medir no mide
El post anterior del cartelito me ha despertado alguna reflexión sobre medición de proyectos.
Por ejemplo, cuando medir en un proyecto se convierte en un objetivo en sí mismo - ¿Cabe algo más perverso? por cierto, hay una excelente novela de Lorenzo Silva, la sustancia interior, donde se describe de forma magistral esa situación (entre otras cosas).
¿Y qué decir cuando el coste de medir es desproporcionado, del mismo orden de magnitud y comparable al coste del objeto medido, verbigracia el proyecto?.
Y volviendo al cartelito de marras:
¿No es éste un buen ejemplo de:
Por ejemplo, cuando medir en un proyecto se convierte en un objetivo en sí mismo - ¿Cabe algo más perverso? por cierto, hay una excelente novela de Lorenzo Silva, la sustancia interior, donde se describe de forma magistral esa situación (entre otras cosas).
¿Y qué decir cuando el coste de medir es desproporcionado, del mismo orden de magnitud y comparable al coste del objeto medido, verbigracia el proyecto?.
Y volviendo al cartelito de marras:
¿No es éste un buen ejemplo de:
- Perversión: el objetivo del proyecto no es el proyecto en sí, sino apuntarse el tanto de haberlo promovido.
- Coste desproporcionado: ¿qué cuesta el cartel?... ¿un 50% del coste de proyecto?
4/10/10
Aberración
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