Puesta en situación (brevemente): Trabajo en una multinacional americana pequeña. Hace unos meses nos compró una mucho más grande y en ese momento se comunicó que no se esperaban cambios sustanciales en dos años.
Ayer recibimos un comunicado donde se nos informa de que todas las áreas de soporte (IT y otras) iban a ser integradas en la empresa que nos compró. Adicionalmente asistí a una reunión de los Directores Regionales con nuestro Director World Wide donde se entró en más detalle: en el caso de IT se iba a estudiar la conveniencia de llevarse los servicios IT que actualmente se gestionan desde nuestra central en California a su central en Missouri. Las "regiones" (resto del mundo) no se iban a ver afectadas (sic).
El comunicado era muy directo, en cierto modo agresivo, y ha levantado inquietudes en mi equipo aquí en Europa, por lo que he tenido que montar una conference call con todos y dar la cara.
He sido muy sincero y no he intentado vender motos a nadie y además de explicar los hechos desnudos he dado mi opinión: a corto plazo puede que no se toque nada pero a medio, en el mejor de los casos, nuestro nivel profesional se verá reducido previsiblemente a meras funciones de soporte. Además, en algunos países, si que podría haber sinergias - eufemismo que en este caso significa que se pondrá gente en la calle.
La pregunta es: ¿he hecho bien? - por un lado sé que va a haber desmotivación por lo que puede que hubiera sido mejor intentar maquillar la situación. Por otro lado no me parece honesto ocultar opiniones que de realizarse en hechos afectarían gravemente a la vida de las personas de mi equipo. Es un dilema moral.
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