También se parecen, derivado de lo anterior, en que los precios se ajustan dinámicamente a medida que la unidad de venta "caduca" (en hoteles el día/noche, en aviones el vuelo, en consultoría no lo se). Menos agresivamente en consultoría que en las otras dos (en un hotel la tarifa se puede llegar a cambiar a la baja más de tres veces al día) pero también se cambia: ¿si llega el final de mes y no tienes los objetivos qué haces?
Pero hay diferencias y son importantes, por ejemplo ¿donde está el límite para bajar? - en el caso de hoteles y aviones, en los costes directos de actividad: en un hotel la electricidad, agua, limpieza de sábanas/toallas, reposición de jabones... en un avión las tasas por viajero, ... ¿y en consultoría? - también los de actividad (teléfono, desplazamiento, ...) pero con un importante condicionante/tope: no puedes bajar demasiado porque luego no podrás subir en ese cliente - las tarifas en consultoría no son tan elásticas - no se puede justificar el triplicar las tarifas (en una habitación/vuelo incluso más) - el cliente no lo entendería.
Nota: este post es una reflexión muy espontánea, no he querido pensarlo mucho y lo he escrito tal cual me ha salido - hasta he añadido una nueva etiqueta: espontáneos
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