/* PERSONALIZACION DE LUIS

30/6/10

Anotaciones. La sustancia interior de Lorenzo Silva



Este libro es la historia de un individuo que lucha contra el destino colectivo, materializado en el absurdo de una obra (o proyecto, jeje) que absorbe a los que participan, incluso a los que, aparentemente, la dirigen.

Individualidad frente a colectivismo. Voluntad en duelo con el fatal destino. Rebeldía contra imposición. Libertad versus determinismo. Por la novela transitan unos personajes inolvidables. Me ha gustado bastante porque me ha hecho pensar, y mucho.


No siempre es aconsejable dedicarse a lo que a uno le importa para preservar lo que a uno le importa.
(página 128)


No veo qué hay de malo en tener aspiraciones. Peor me parece no tenerlas. Los hombres sin aspiraciones acaban sirviendo ciegamente las aspiraciones de otros.
(página 133)



- [Bálder] Lo malo es que a algunos nos importa guardarnos algún respeto por la noche, cuando nos vamos a dormir.
- [Núbila] Yo me respeto. Pienso que sigo en pie y que todavía podría soportar un poco más de dolor y un poco más de alegría. Y me duermo
- [Bálder] No estoy de acuerdo. Aunque a veces sea molesto, hay que conservar algún principio.
- [Núbila] ¿Para qué? Yo estoy ocupado en existir, en sentir el aire en los pulmones y la fuerza en las manos. Los principios no tienen carne ni sangre. No me interesan. Los de nadie. Ni siquiera los que alguna vez yo pude llegar a tener.

Núbila razonaba sin compasión pero hablaba suavemente [...] había en él una firmeza que superaba a la que el raciocinio era susceptible de proporcionar [...] se apoyaba en lo mismo que hace parir a las mujeres y beber a los animales sedientos.
(página 133)



El placer es un bien limitado. Muchos deben carecer de él para que otros lo tengamos en condiciones.
(página 182)


Porque no soy tan joven como para creer en cuentos ni tan viejo como para que no me quede más remedio que tragármelos.
(página 185)


Cuando uno se encuentra ante una empresa de gran magnitud, como nuestra obra, que no resulta explicable de acuerdo con los fines que proclama perseguir, existe una alternativa a la sencilla desautorización del empeño: buscar otros motivos que lo justifiquen, al margen de los declarados por los artífices.
(página 186)


La naturaleza se sirve a menudo de la necedad humana para procurar el equilibrio de la especie, y juega sus cartas de forma tan implacable que resulta difícil, para nuestros cerebros contaminados de insípidas categorías éticas, aprehender la diáfana coherencia de su maniobrar. Lo que hay que comprender es que la naturaleza está obligada a prescindir de la importancia que pueda tener para cada individuo su sufrimiento o su dicha, que es indiferente a la iniquidad con que unos puedan dar en tratar a otros...
(página 186)


Pero hoy por hoy el mejor sabotaje que podemos llevar a cabo es obedecer fielmente lo que nos ordenan, porque quienes nos dirigen nos guían con pulso firme hacia su propia hecatombe.
(página 189)



[Bálder] Siempre dijiste que me equivocaba.
[Núbila] Y lo mantengo. Pero tener razón nunca consuela de no tener lo que es mejor
(página 202)



Si pudiéramos ser como los animales, no darnos cuenta. Porque lo que duele no es entender. Lo que es entender, entendemos tan poco como los animales. Pero al contrario que ellos, nos damos cuenta y sabemos lo que está ocurriendo. Esa es la maldición que alguien quiso para nosotros. Quizá el Dios de los canónigos.
(página 263)



Habría estado dispuesto a creer que eras libre, o que luchabas por serlo. Ahora tengo la sensación de que vives bajo dos esclavitudes. La de todos y la tuya propia. Una golpea contra la otra y tú eres el campo de batalla. No te envidio maestro. No quedará gran cosa de ti cuando acabe la pelea.


La sustancia interior por su autor Lorenzo Silva


Entradas relacionadas:

26/6/10

Motivos al margen

Cuando uno se encuentra ante una empresa de gran magnitud, como nuestra obra, que no resulta explicable de acuerdo con los fines que proclama perseguir, existe una alternativa a la sencilla desautorización del empeño: buscar otros motivos que lo justifiquen, al margen de los declarados por los artífices.

¿A alguien le suena?. Es lo que me viene a la cabeza en algunos proyectos que me voy encontrando. No sabes muy bien para qué son pero sí a quien sirven.

La cita es del libro La sustancia interior de Lorenzo Silva

9/6/10

shake the tree

El otro día me hizo gracia, y por eso lo comparto aquí, oírle decir a un comercial de una empresa de software decir que una buena parte de su trabajo era shake the tree, en el sentido de que había que agitar el árbol a ver si caía algo... o sea vender.

Y me hizo gracia pero también me hizo reflexionar, ¿qué estoy haciendo yo para agitar el árbol?

6/6/10

Gestionar la desconfianza


Debe ser porque últimamente una parte relevante de mi trabajo está consistiendo en la revisión de contratos de servicios pero es que estoy muy sensible a lo que denomino la gestión de la desconfianza.

Siempre ha sido, todo sea dicho, una de las cosas que más cuesta arriba se me hacen en mi trabajo. En mi caso, donde en la mayoría de mis proyectos hay al menos cuatro partes, es sumamente cansino y agotador estar permanentemente con el putadómetro (o sensor de putadas) encendido y bien calibrado... no sólo en lo que a mí afecta directamente sino a lo que afecta a las demás partes (ya que al final me están pagando para que todo vaya bien) ... siempre atento a las jugadas de los demás, si dijo eso y no aquello, si aquel oculta algo a éste otro, si mejor no le digo nada no vaya a ser que entonces... ¡buf!... lo dicho: extenuante

Es algo muy visible en los múltiples documentos que revolotean en todos los proyectos, ya no sólo en los contratos, RFPs, listas de requerimientos, actas, ... donde es más explícito y palmario sino también está presente, y de qué forma, en esas pequeñas y sutiles interacciones que hay en todos los proyectos: preguntas inocentes en una reunión, e-mails con copia a fulano (para que te enteres que al otro también le llega) y copia oculta a mengano (para que al otro le llegue sin que te enteres tú), ese documento que se filtra o se extravía justo a tiempo, ...

¿Os imagináis poder actuar siempre de "buena fe" y estando seguro de que los demás también actúan de la misma forma?... ¿os imagináis qué descanso, qué torrente de energía malgastada se podría aprovechar para mejores fines?... no quiero pecar de buenismo, que San José Luis no lo quiera, pero es que siempre me asalta la gran pregunta: ¿Qué pasaría si toda la energía y esfuerzo que dedicamos a la gestión de la desconfianza se utilizase en colaborar y aportar valor al proyecto?

¡Al menos nos ahorraríamos las actas, que no es poco! :)