Estoy acabando un libro que narra la historia de un hombre obsesionado con su independencia. Está ambientada en Islandia, creo que a principios del siglo XX (la narración transcurre sin referencia temporales externas) y el tipo en cuestión es un pastor de ovejas que compra como buenamente puede, pero sin hipotecas, unas tierras en parajes inhóspitos. Construye una casa y crea (más o menos) una familia. Su afán de independencia le crea numerosos problemas y sacrifica cosas que a otros nos costaría mucho hacerlo (al menos a mi sí).
La historia está explicada en clave lírica y a veces es un poco pesada de seguir, pero bueno eso al fin y al cabo son gustos de cada uno.
¿Por qué lo menciono aquí?. Pues porque lo relaciono con mis inquietudes de independencia profesional. Estoy en un momento de transición, lleno de incertidumbres sobre el cambio que voy a realizar y una de las razones principales por las que voy a realizar ese cambio es mi deseo de no depender de un salario pagado por una empresa. En cierto modo estoy actuando como el protagonista de la novela. Espero que no tenga que pagar el alto precio que él paga por su independencia.
3 comentarios:
Creo que la independencia de la que hablas es lo mejor que puedes hacer. No sé si a corto o a medio plazo, pero lo que si que estoy seguro es que dentro de unos años te preguntarás porque no lo has hecho antes, y el tiempo que has perdido.
Te animo a que des el paso, y en cualquier cosa que te pueda ayudar te puedes poner en contacto conmigo.
Un saludo,
;)
Por cierto, me gusta tu Blog. Ya lo he puesto en mis favoritos de Bloglines.
He llegado a tu post desde el Club de los Domingos. Este tema es tremendo: "un hombre obsesionado con su independencia". Hace mucho que he pensado en esto, y no dejo de pensarlo. Creo que, como casi todo en la vida, esto funciona como una U invertida: buscar la independencia es un deseo legítimo y saludable, pero a partir de un punto, cuando se convierte en obsesión, el efecto neto es malo. Lo peor es que se nota después, cuando toca pasar revista. Yo creo más en la interdependencia, y es algo que con los años lo entiendo con más claridad. Voy a tener que leerme este libro, Luis, porque el tema es apasionante...
Ah, por cierto, también es verdad que cada persona puede tener una U invertida bastante diferente....
Curiosa analogía la de la U, Amalio. Coincido contigo en que hay que buscar un equilibrio razonable entre dependencia e independencia. Quizás la solución venga por donde dices, la interdependencia, esa articulación de nuestra actividad profesional como un nodo en una red de enlaces/vínculos de intensidad variable de la que tanto nos gusta hablar.
En cuanto al libro no dudes en leerlo. Es de los que te deja sacudido. Tiene poso, hace pensar.
Gracias por pasarte por aquí. Un abrazo colega
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