/* PERSONALIZACION DE LUIS

9/3/09

¿Demasiado barato?


Cuando se presenta una propuesta siempre es un momento especial. No sólo porque es el instante donde recojes los frutos de un trabajo previo, malo o bueno pero duro, y te juegas tu trabajo futuro, sino porque siempre te pueden pasar cosas como la que nos sucedió el otro día, y que paso a relatar a continuación:

Habíamos hecho una propuesta muy elaborada, bien documentada, con una estimación de esfuerzo muy fina, con varias alternativas y enfoques, etc. y después del momento de presentar la página de "honorarios profesionales", el cliente puso una cara rara y dijo algo así como, ¿oye estáis seguros de que con ese importe lo podéis hacer?.

Me hubiera gustado poder verme la cara en ese momento. Tuve una sensación doble: por un lado fastidio (¿podía haber puesto más?) y por el otro de pánico (¡ay que la he cagado, no hemos entendido bien y me pillo los dedos!).

Yo me quedé bloqueado (soy muy malo en el regate a corto, soy más bien de jugadas estratégicas a balón parado) pero suerte que mi compañero, que es un campeón, reaccionó de una forma muy lista: forzó de una manera elegante a que repasásemos todos los supuestos en los que se basaba la propuesta y ya se las ingenió para encontrar alguna duda (también tengo que decir que le cogí la idea y le seguí la corriente rápido).
Total que al final pudimos incluir una especia de cláusula de salvaguarda de que si se cumplían determinados supuestos podríamos incrementar los honorarios.

Aún así, honestamente creo que la estimación era buena. En cuatro meses, cuando acabemos, lo sabremos.

Pues eso, trucos de consultor, que quedan ahí, para el conocimiento público de colegas (y clientes, ¿hay alguno por ahí?)


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Foto de Woodsy

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jeje! Sí, a veces pasa, aunque es bien raro. La verdad es que mis propuestas siempre son baratas en relación con el mercado, pero hay que aprovecharse y beneficiar al cliente por igual de que apenas cargue con infraestructura ni apenas gastos fijos...

Cuando me hacen esa observación, pues me alegro de que lo aprecie y le canto las alabanzas de trabajar con un consultor artesano ;-)

Por cierto, que sale música y publicidad en tu blog... raro, raro, rao...