/* PERSONALIZACION DE LUIS

6/6/07

Variedad de registros



Otra de las cosas divertidas de mi trabajo, además de la exigencia de improvisar frecuentemente, es la necesidad de saber cambiar de registro lingüístico ( Modalidad de lengua que puede adoptar un hablante según la situación o el contexto comunicativo en que se encuentre) de forma rápida y ágil.

Hoy hablas con el director general y otro con el becario que acaba de entrar.

Así a bote pronto recuerdo un caso de pasar de estar en el despacho del director de organización y sistemas de un grupo de empresas de más de 5.000 empleados hablando de priorización de proyectos estratégicos (puro bullshit) a sentarme codo con codo con un empleado de la misma empresa, 5 niveles o más por debajo, a explicarle como se gestiona una tabla de un sistema de compras.

Ambas situaciones tienen su aquel, no sólo por la dificultad de no meter la pata, sino por el desafío que supone estar pensando si el nivel al que estás hablando es de demasiado detalle o por el contrario es demasiado conceptual.

Cosas de la profesión...

2 comentarios:

CARMEN_R_PURAS dijo...

Hacer esto que tú dices y hacerlo bien es todo un arte.

Una de las cosas que valoro más cuando tengo que hacer una evaluación es esa capacidad de ponerse en el nivel del que está escuchando.

Y si además el rango de niveles es muy amplio, ya es para nota.

Pero también fuera del trabajo: hablar en el mercado, o en un bar y no parecer demasiado fuera de lugar también es interesante.

Donde a mí me gusta salirme un poco fuera de contexto es con mis hijos. En su día decidí, en vez de ponerme a su nivel cuando hablo, intentar emplear palabras que no conocieran adrede, por lo menos para que les fueran sonando. Lo curioso del resultado es que mi hija, por ejemplo, tiene un vocabulario un poco pedante para su edad, con giros como "por cierto,..." y cosas por el estilo.

luis.[tic616] dijo...

Carmen, la verdad es que no se si lo hago bien - muy mal no lo debo hacer porque lo notaría enseguida.

Con los niños la cosa cambia, es más complicado. Mi hija de casi 5 años se cabrea si nota, aunque sea ligeramente, que le hablo "igual" que a mi hijo de casi 3. Al mismo tiempo si le hablo como a una persona adulta también se mosquea y reivindica que es "pequeña"... ¡en fin!, eso si que es difícil.

Gracias por comentar