/* PERSONALIZACION DE LUIS

27/6/08

Poder ficticio


Hoy me he sentido poderoso. Perdonadme la vanidad. Estar sentado enfrente de 12 tíos (sí... no había tías) que representaban la flor y nata de los implantadores de ERPs de este país y parte del extranjero, marcándoles el paso de cómo nos tienen que presentar su oferta me ha hecho sentir importante... en ese momento.

Después, una vez acabada la reunión, he vuelto a la realidad. No nos escuchaban, adulaban ni alababan por nuestro excelente trabajo de conceptualización del modelo a implantar, ni por la extraordinaria precisión y riqueza de los requerimientos funcionales del sistema que lo soporte. No, ... lo hacían porque se están jugando un contrato de varios millones en dos o tres años y una excelente referencia que les permitirá vender (al ganador claro) más proyectos similares en el futuro y que la rueda, su rueda, siga rodando.

Es un juego que puede llegar a ser divertido la primera vez que participas en él. Todos se van a pegar una currada de muchas horas para preparar una buena oferta. Todos intentarán sus triquiñuelas y tantear a ver qué nos pueden dar para que les ayudemos. Después, cuando vean que no vamos por ahí, vendrán los movimientos para hacernos el salto, las llamaditas al cliente directamente, el amigo de aquel que llama al de más allá, ... golosinas, zanahorias,... por ahora ningún palo. Por ahora. Realmente es un juego cruel. Al final hay muchos palos.

Y nosotros, aunque con un poder circunstancial, somos pequeños. Unos mindundis en realidad. Eso mismo, un baño de realidad, es lo que uno ha de tener siempre a mano.

Y el cliente contento, él también se sentía poderoso, y desde luego con mucho más motivo que nosotros. Aunque en el fondo igual de engañado. Nosostros al menos ya conocemos de qué va esto.

Perdón por este rollo un tanto bucólico

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Desde mi punto de vista es la parte más "fea" del trabajo. Se trata del punto en el que se establecen relaciones ficticias de amistad, como cuando consigues un ligue de una noche sentado en un Ferrari (supongo, lo cierto es que no he tenido la oportunidad).
Para mi se trata de una situación muy incomoda en la que sale a relucir las "artes" sociales de los vendedores y tienes que aplicar los conocimientos de ese mundillo para mostrar tal y como son las cosas, no pudiendo evitar sentirte algo Judas (otra "técnica" de los proveedores).

Si me satisface sin embargo ver al cliente contento, porque que esta acompañado en el momento de la decisión y se está seguro de una correcta elección gracias como dices a un detallado estudio de las necesidades de la solución, siguiendo con el simil es tener a cupido de tu lado.

Afortunadamente cada vez me encuentro más proveedores profesionales que aspiran a conseguir el contrato diseñando la mejor solución. Sobretodo entre los que son empresas más jovenes y modestas.

luis.[tic616] dijo...

Si que es fea sí. Es lo que menos me gusta de largo de mi profesión, no sólo cuando lo sufro (como en este caso) sino cuando lo tengo que practicar yo mismo - son las reglas del juego, y si quieres seguir en la partida pues eso es lo que hay. En mi descargo he de decir que siempre intento no hacerlo de entrada, y a veces, funciona! - cada vez más.

Gracias por el comentario Santiago