Según un
estudio (pdf) de la empresa IT Value Research
Standish Group y del que me he enterado por
ZDNet, el 68% de los proyectos de IT no cumplen las expectativas iniciales (que es una traducción
amable del término "failed").
Y la razón principal que esgrimen para ese fracaso es la toma deficiente de los requerimientos.
Otros datos que me llaman la atención de los que se desprenden del estudio son que las compañías que usan metodologías deficientes para la recogida de los requerimientos, en media:
- sufren un sobrecoste del 60%, en tiempo y presupuesto.
- tienen una tasa de fracaso de sus proyectos que triplica a las que sí las tienen
- despilfarran el 41% de su presupuesto en desarrollo, software y servicios externos como consecuencia de esa mala gestión.
No tengo datos estadísticos al respecto, sólo mi percepción de bastantes años pero no me
crujen esas cifras. Los proyectos de IT, particularmente los relacionados con sistemas de gestión, son proyectos en
cascada por excelencia, es decir secuenciales, donde se hace una gran toma de requerimientos, luego el
gran análisis y con todo eso se parametriza el sistema de turno y se le añaden los consabidos desarrollos.
Estamos hablando de proyectos de alrededor de un año, entre
pitos y flautas, donde la toma de requerimientos se hace, en el mejor de los casos, enseñando un prototipo preconfigurado que nada tiene que ver con lo que luego acabará siendo el sistema. Total que no se empieza a ver nada de como está quedando el sistema hasta prácticamente el final... y los más
viejos del lugar ya estarán atisbando hacia donde me estoy dirigiendo... pero ese es tema de otro
post.
Legnitapress también se hace eco del estudio.
El título del
post viene de la conocida/novelada
anécdota de la campaña electoral de la primera elección de Bill Clinton.
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