He estado esta mañana en un mega-hospital de Barcelona para una visita y hacerle pruebas de alergia a mi hijo pequeño. Era la primera vez que pisaba ese hospital y el panorama que me esperaba encontrar me hacía temblar: colas, hacinamiento, ...
Pues no ha sido así, precisamente todo lo contrario. Me he encontrado una organización impresionante, super-eficaz y que no me puedo resistir a explicar aquí.
Uno, por la constatación de lo importante que siempre son las personas para que funcionen las cosas y dos, por la metodología (o quizá mejor llamarle modus operandi) utilizada por el equipo facultativo, que me ha recordado mucho a una metodología ágil, en el sentido de que no había un plan cerrado desde el principio (en cascada) sino que la secuencia de tareas se desplegaba según iba transcurriendo el proceso.
El modus operandi era el siguiente:
El espacio: una pequeña sala de espera en medio de cuatro despachos (dos para visitas y dos para pruebas) enfrentados dos a dos.
El primer paso era una visita tipo "interrogatorio": una doctora te hacía una batería de preguntas para intentar acotar el problema. A destacar que no era una serie de preguntas organizadas linealmente sino en árbol, una determinada contestación te hacía que la siguiente pregunta derivase por una rama o por otra.
El segundo paso era hacer las pruebas de alergia adecuadas. Para ello la doctora, apoyada en el interrogatorio, rellenaba una especie de ficha de cartulina y la enfermera asistente te llevaba directamente a uno de los despachos del otro lado donde sin demasiados preámbulos hacían la susodicha prueba. Todo muy flexible, una de las pruebas las hemos tenido que repetir porque los resultados contradecían un análisis previo que yo traía.
El tercer paso, inmediato, con los resultados en la mano, era volver a visitar a la doctora (la misma del paso uno), en el otro lado pero no se si por metodología o por casualidad en diferente despacho. Allí con los resultados venía el diagnóstico, la prescripción del remedio junto con sus instrucciones pertinentes y la planificación de los próximos pasos y visitas de control.
Los eventuales conflictos (dos pruebas que llegaban al mismo tiempo por ejemplo) se resolvían por las enfermeras en tiempo real en medio de la sala de espera. Y la que tenía que ceder estaba muy pendiente luego de que su paciente entrara rápido y el flujo no se interrumpiera.
El intercambio de información entre los miembros del equipo era ágil, rápido y transparente para todos - de origen a fuente directamente, portado por las enfermeras y/o el paciente en forma de fichas y resultados manuscritos. Sencillo, sin añadidos y manual (no han tocado un ordenador en todo el proceso, aunque supongo que luego, en el back office, lo informatizarán) - todo el tiempo dedicado a interactuar con el paciente.
He tomado nota y he aprendido mucho. No se por qué pero intuyo que la metodología utilizada por el equipo no se la ha definido un consultor.
Pues no ha sido así, precisamente todo lo contrario. Me he encontrado una organización impresionante, super-eficaz y que no me puedo resistir a explicar aquí.
Uno, por la constatación de lo importante que siempre son las personas para que funcionen las cosas y dos, por la metodología (o quizá mejor llamarle modus operandi) utilizada por el equipo facultativo, que me ha recordado mucho a una metodología ágil, en el sentido de que no había un plan cerrado desde el principio (en cascada) sino que la secuencia de tareas se desplegaba según iba transcurriendo el proceso.
El modus operandi era el siguiente:
El espacio: una pequeña sala de espera en medio de cuatro despachos (dos para visitas y dos para pruebas) enfrentados dos a dos.
El primer paso era una visita tipo "interrogatorio": una doctora te hacía una batería de preguntas para intentar acotar el problema. A destacar que no era una serie de preguntas organizadas linealmente sino en árbol, una determinada contestación te hacía que la siguiente pregunta derivase por una rama o por otra.
El segundo paso era hacer las pruebas de alergia adecuadas. Para ello la doctora, apoyada en el interrogatorio, rellenaba una especie de ficha de cartulina y la enfermera asistente te llevaba directamente a uno de los despachos del otro lado donde sin demasiados preámbulos hacían la susodicha prueba. Todo muy flexible, una de las pruebas las hemos tenido que repetir porque los resultados contradecían un análisis previo que yo traía.
El tercer paso, inmediato, con los resultados en la mano, era volver a visitar a la doctora (la misma del paso uno), en el otro lado pero no se si por metodología o por casualidad en diferente despacho. Allí con los resultados venía el diagnóstico, la prescripción del remedio junto con sus instrucciones pertinentes y la planificación de los próximos pasos y visitas de control.
Los eventuales conflictos (dos pruebas que llegaban al mismo tiempo por ejemplo) se resolvían por las enfermeras en tiempo real en medio de la sala de espera. Y la que tenía que ceder estaba muy pendiente luego de que su paciente entrara rápido y el flujo no se interrumpiera.
El intercambio de información entre los miembros del equipo era ágil, rápido y transparente para todos - de origen a fuente directamente, portado por las enfermeras y/o el paciente en forma de fichas y resultados manuscritos. Sencillo, sin añadidos y manual (no han tocado un ordenador en todo el proceso, aunque supongo que luego, en el back office, lo informatizarán) - todo el tiempo dedicado a interactuar con el paciente.
He tomado nota y he aprendido mucho. No se por qué pero intuyo que la metodología utilizada por el equipo no se la ha definido un consultor.
6 comentarios:
Hola,
probablemente el hospital donde has ido tendrá SAP por detrás en unos meses (o ya lo tiene).
Aunque las tareas de enfermería son complicadas de modelizar (por la tipología de las tareas) normalmente es un valor añadido tener los datos informatizados en un ERP hospitalario (un HIS) y una seguridad para el paciente. Una de las posibilidades es SAP (con los módulos ISH-Med) pero hay otras evidentemente. Informatizarlas en el backoffice a posteriori tiene pro's y contra's (más agilidad pero potenciales errores). Lo mejor sería tener terminales móviles o fijos lo suficientemente ágiles, intuitivos (y baratos) para que casi no se notase que están
Y seguramente sí que ha pasado un tipo de consultor u otro para diseñar los procesos...
Saludos
El proceso lo han diseñado los de allí, posiblemente la jefa de enfermeras junto con los médicos. Han diseñado el proceso que la experiencia les ha enseñado. El consultor habra ido pero a por un ibuprofeno para el dolor de cabeza ;)))).
Vitápolis, estoy seguro que tendrán un HIS detrás, y no seré precisamente yo el que cuestione la necesidad de sistemas de información, pero en este caso lo relevante es que el proceso era prioritario sobre el sistema, tanto que no había sistema.
Con terminales de entrada rápida, por muy rápida que sea con la tecnología asequible actual, no se podrá superar a la entrada manual. Y al final lo que hay que registrar en el sistema no es el detalle de si tiene que ir del despacho A al C para hacerse X, sino la foto final, es decir el diagnóstico y la prescripción, por lo que en la práctica es mejor utilizar las tarjetitas de cartón para controlar el proceso.
Haciendo "coña", un consultor hubiera intentado vender PDAs conectadas con el backoffice para registrar que el paciente ha dado 5 pasos para cambiar de despacho y después diseñado un cuadro de mandos para encontrar el "relevante" ratio de pasos medios en cruzar la sala de espera segmentado por altura del paciente y su equipo de futbol favorito.
¿No deberíamos considerar que las tarjetas son un SI?
Opino que la tecnología actual permite implantar a bajo coste ese mismo proceso con sus fichas de manera electrónica y evitar una entrada de datos a posteriori. Otra cosa sería si el facultativo tuviese que introducir mucho texto libre, lo que no creo que sea el caso del diagnóstico y pautas terapéuticas de las alergias. (Obviando la tecnofobia presente en muchas profesiones clásicas).
En puridad sí, las tarjetas son un SI.
De todas formas insisto en mi comentario anterior, creo que no hace falta informatizar ni grabar los datos que gobiernan el proceso, son datos que una vez acabado cada proceso ya no son útiles. La grabación final de diagnóstico y prescripción se podría informatizar, no digo que no.
Estoy de acuerdo que no todo procedimiento mejora al ser mecanizado si está bien diseñado y optimizado, como puede ser este caso.
Si el procedimiento incluyera el envío de las pruebas de un hospital al ambulatorio, sí se mejoraría con una mecanización.
Lo que haría falta es que se recogiera este procedimiento dentro de las "mejores prácticas" en Sanidad, y quizá pudiera compartirse para implantarlo en otros hospitales.
Un saludo.
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