Hace un par de años se hizo bastante famoso un
libro editado por primera vez en el 2005 llamado
Blue Ocean Strategy: How to Create Uncontested Market Space and Make Competition Irrelevant de
W. Chan Kim y
Renée Mauborgne dos profesores del
INSEAD.
Vaya por delante que no he leído el libro, por lo que las referencias que tengo vienen de algunas reseñas y críticas (normalmente buenas).
La tesis defendida por Chan y Mauborgne viene más o menos a decir que hay que salirse de los mercados
océano rojo (llenos de tiburones-competidores-y sangre producto de la encarnizada lucha entre ellos) y buscar (crear) mercados
océano azul, es decir limpios de competidores.
Dicho así suena a perogrullo pero esto es sólo una hipersimplificación. Un ejemplo que ponen Chan y Mauborgne, es el del
Circo de Soleil, que reinventaron el concepto de circo abandonando el modelo
animales+payasos+malabaristas por el de circo artístico (otra simplificación ya lo sé).
Hecha esta pequeña introducción para poner en contexto, voy ya raudo y veloz al punto central de esta entrada.
Se me ha ocurrido que todos, una o más veces, tenemos un
momento océano azul, es decir un momento en el que tenemos la ocasión de conseguir o
crear un nuevo espacio profesional donde crecer sin competencia inicial. En mi caso he hecho la reflexión y he tenido al menos uno y que quería compartir aquí:
Mis más fieles (hipotéticos) lectores conocen (
aquí,
aquí y
aquí un pequeño recordatorio) que entre mi anterior vida en una consultora industrial y mi situación profesional actual, pasé dos años de responsable de infraestructuras y servicios TIC corporativos en la región
EMEA de una multinacional del sector de la biotecnología.
Mi
océano rojo era el área de IT corporativa - llena de tiburones, mi jefe en California el primero - en un
mercado maduro y en pugna con otros responsable regionales de la compañía. Aparte de que cualquier iniciativa regional tenía que ser canalizada a través de la organización mundial, lo que primero, las hacía lentas de ejecución y segundo, reducía bastante la visibilidad del equipo regional impulsor inicial.
Con el tiempo y la distancia veo claro ahora que mi
oceáno azul hubiera sido el área de sistemas de la división de I+D (muy relevante en una empresa biotecnológica como podéis suponer), que estaba literalmente
en pelotas y abandonada de las TICs corporativas.
Estoy seguro de que por poco que me hubiese aplicado hubiese podido llegar a ser el responsable a nivel mundial del área. Es fácil decirlo
a toro pasado, pero lo que tenía que haber hecho es ir directamente a hablar con los responsables de los equipos de I+D y conocer sus necesidades específicas, sobre todo de aplicaciones. Se daba además la circunstancia de que me llevaba personalmente bien con el director europeo del área por lo que no hubiera encontrado ninguna oposición.
En fin una ocasión perdida y una situación de la que sin duda hay que aprender.
¿No creéis que vale la pena que reflexionéis sobre vuestro
momento oceáno azul? ¿Y no valdría aún más la pena que lo contáseis en este humilde blogsito? - invitados quedáis
Os dejo una presentación que he encontrado en
SlideShare donde resumen creo que bastante bien el mensaje del libro: