Llevamos unos
cuantos (algunos más que otros todo hay que decirlo) dándole vueltas a esto de
la consultoría artesana. Todavía (ya tardo, es cierto) no me he metido de lleno en el
debate, básicamente porque tengo las ideas un poco dispersas aún, así que previamente he querido ordenarlas un poco utilizando el
blog - ¿para qué lo quiero sino es para estas cosas en el fondo?
Recopilo y comparto a continuación, sin la intención de hacer aquí el debate y sin ningún orden preconcebido, una serie de reflexiones sueltas que he ido anotando a medida que se me ocurrían durante los últimos días y que espero que me sirvan para entrar al debate con las ideas más claras e insisto, sin pretender sustituir mi participación en el mismo:
Consideramos
cada proyecto como algo único. ¿Significa eso que se ha de partir de cero y no puedo reutilizar herramientas o conocimientos de proyectos anteriores? Por supuesto que no. Como ya
escribí en su día (si bien refiriéndome más a la consultoría industrial que a la artesana), los consultores desempeñamos también una función
polinizadora, diseminando conocimiento en y de nuestros clientes.
Mi posición es que hay que adaptarse y tener en cuenta las herramientas y conocimiento del cliente, pero sin renunciar a lo propio e incorporando al bagaje profesional todas las experiencias, buenas o malas para ser reutilizadas si tiene sentido, eso sí, siempre que no se intente forzar el reaprovecharlas tal cual para que el proyecto
te salga mejor.
No vale cualquier tipo de proyecto para hacer consultoría artesana. Para una
mega implantación de SAP no es adecuada pero para un proyecto de gestión del conocimiento debería ser la mejor opción.
En general la considero adecuada para proyectos que requieran de mucha interacción con el cliente y donde el resultado a obtener no esté bien definido desde el principio - aqui se toca, una vez más, con las
metodologías ágiles.
Proyectos donde, adicional a lo anterior, se vaya haciendo camino mientras avanzas, donde la metodología no se impone a la conversación abierta entre cliente y consultor, donde el progreso del proyecto se demuestra con lo útil/utilizable que se va consiguiendo y no por llegar a hitos planificados o que determinados documentos estén escritos a una fecha, ...
¿Qué equipo debe tener un artesano? No me refiero a
herramientas sino a personas que
hagan contigo el proyecto y de las cuales tú eres el responsable frente al cliente.
Abusando de la metáfora, la evolución natural de todo artesano era ser
maestro artesano, con pupilos y aprendices a su cargo, que continuasen la profesión. Yo no quiero actuar sólo, quiero tener a mi lado a alguien que aprenda, sobre todo de mis errores, y que me ayude en tareas donde eso sea lo más razonable... y por qué no, aprender de él también.
Evidentemente no estoy refiriéndome a tener un equipo con tareas fragmentadas y especializadas - ese es el punto clave: en un
equipo artesano, no debe haber una separación
tayloriana estricta de tareas, todos deben aspirar a poder hacer, o al menos ayudar, en cualquier tipo de actividad en el proyecto.
¿Esto de ser consultor artesano es una posición altruista o buenista? Para mí, personalmente, no. Lo considero la mejor manera para mí de hacer negocio, de ser competitivo y de practicar mi profesión en determinadas circunstancias... y punto pelota, sin más aspiraciones doctrinales, morales y trascendentales. En la más pura ética
objetivista hago esto y lo hago así por mi
propio interés racional. Además creo que actuando así es la mejor manera de que los demás puedan alcanzar mejor sus objetivos si actúan igual. Soy un
egoísta racional. No busco mejorar el mundo ni la sociedad.
¿Cómo colaborar con otros consultores artesanos? No me interesa ser parte de un gremio corporativista (¡ojo! no estoy diciendo que la declaración artesana vaya por ahí). Huyo despavorido de posiciones colectivistas para conseguir
el bien común - aspiración que históricamente ha causado más males que bienes. Colaboraré con quien tenga sentido que lo haga y pueda tener plena confianza. No me voy a obsesionar por poder utilizar una marca.
Siempre saldrán una serie de elementos potencialmente conflictivos tales como competencia, solapes, de quien "es" el cliente... y que son cuestiones difíciles de gestionar en abstracto por lo que no veo factible resolverlas de forma genérica y universal, menos aún mediante la creación de asociaciones de "consultores artesanos". Cada uno tendrá que integrar su red, de forma natural, con las complicidades que surjan y con quien se vaya construyendo la imprescindible confianza.
No espero de este debate sobre la
declaración artesana que se pueda resolver este punto de una forma tajante, me conformo con conseguir unos acuerdos mínimos y es el punto que veo más difícil de resolver. Como escuché a alguien el otro día: sabes si tus principios realmente lo son si te cuestan dinero.
¿Vale cualquier cliente? No. De entrada tiene que ser un
valiente pues no podrá echarle la culpa al consultor amparándose en
el efecto IBM (lo de
nadie ha sido despedido por contratar a IBM).
Además tiene que tener ganas y tiempo (se le supone un conocimiento mínimo) para trabajar en unas condiciones donde va a estar bastante
expuesto: en un entorno poco predecible, sin saber antes el resultado exacto, de tú a tú con los miembros del equipo de proyecto (a estructuras muy jerárquicas se les puede atragantar esto) y con una dinámica poco estructurada.
¿Vale cualquier consultor? Pues tampoco. Lo tiene crudo aquel que se sienta incómodo con la incertidumbre, que necesite siempre una metodología
guía burros que aplicar, que no soporte bajarse de su pedestal de "yo sé más que tú y por eso soy el consultor", que tema discutir de forma abierta con el cliente, que facture por horas, ...
¿Siempre has de trabajar en modo artesano ON? Dependerá de cada cual y si puedes elegir. En mi caso particular no siempre puedo hacerlo porque a veces los proyectos y los clientes son los que son, vienen como vienen y te has de amoldar - a menos que puedas permitirte el quedarte sin proyecto y sin cliente. Sí que es cierto que aún así adopto un modo más
táctico y pragmático de actuación, intentando aplicar los
principios artesanos (los míos, preciso) a pequeña escala y selectivamente (con una persona concreta, en una fase determinada, etc.)
¿Qué pasa con el material ligado al conocimiento generado en los proyectos? ¿Debo compartirlos? Pues dependerá del tipo de proyecto y el cliente: una auditoría de seguridad no debería compartirse (en principio). De todas formas este punto me parece un tema menor, tan menor que no lo considero como algo que deba definir a la consultoría artesana. Otra cosa es que consideres que compartir y divulgar tu conocimiento de forma completa te ayude a
posicionarte mejor de cara a conseguir clientes. Además, creo que
en los proyectos de consultoría artesana, el documento final importa mucho menos que el propio proceso de construirlo.
Lo mismo me pasa con lo del
software libre, no creo que sea algo relevante en este contexto. O al menos tan relevante en este caso como decir que iremos al cliente en coche eléctrico para contaminar menos. Está bien pero no es ese el tema.
¿Y esto se aguanta? Pues parece que sí, al menos unos cuantos nos ganamos la vida de esa forma más o menos. ¿Hasta cuando?... esa es una cuestión para la que no tengo respuesta. De momento tiramos
p'alante que no es poco.
Bueno, creo que esta pequeña
catarsis me ha servido para ordenar algo mis pensamientos. Espero no haber sido demasiado pesado (si has llegado leyendo hasta aquí es buena señal, gracias)